6 oct 2020

la solucion ideal

La solución ideal Doña sarita tenía la solución ideal para que tu alma no se viera comprometida. Su negocio empezó a crecer, a prosperar, la cantidad de clientes era inmensa. Eran clientes de todo tipo, de todas clases, aunque, nunca lo pudo explicar, siempre eran hombres. Su servicio no era para todos, había que pasar muchos filtros, aunque era algo que ella misma no lograba explicarse, a veces ponía trabas y nunca daba el servicio, otras veces lo daba sin poner obstáculos. Apenas cruzaba el cliente la puerta ya estaba segura que esa persona si debía obtener el servicio. El día empezó temprano. A las cuatro de la mañana llego un hombre maduro, sin canas, bien vestido con ropa de marca, un carro de lujo, pantalón de mezclilla, camisa manga larga de rayas, en tonos pastel, mocasines cafés que combinaban con el cinturón de tela del mismo color -buen día. - dijo doña sarita, ya lista para recibirlo –¿tan desesperado esta como para buscar la solución a esta hora? -buen día doña sarita. - contesto el hombre –no me juzgue sin conocer mi historia por favor. Le aseguro que a mí no va a dudar en darme el servicio. -cuéntame tu historia buen hombre. -gracias doña sarita. - deje agarro aire para empezar – tengo 52 años, en mi vida siempre he sido privilegiado, fui violado a los seis años, me toco pasar cosas muy feas, viví drogadicción, enfermedades mortales, violencia familiar extrema, mi propia madre me dejaba encerrado en los hoteles mientras ella hacia el amor con sus amantes, sufrí bulín 9 años, a pesar de todo Salí adelante gracias a tanto dolor. Me dedico a la banca, para mí la vida es solo dinero, mover dinero de un lado a otro, sacar ganancias de dinero de otros, aunque no me remuerde la conciencia, eso es un trabajo como cualquier otro. Tengo cuatro hijos, dos hembras y dos varones, mis hijos me quieren, me adoran, estamos integrados y funcionales, cenamos casi todos los días juntos. Somos familia muégano, estamos pendientes el uno del otro. Vivimos intensamente todos juntos las victorias y las derrotas. Todos los que forman parte de algún modo de nuestra vida siempre nos dicen que somos “una bella familia”. tenemos un patrimonio suficiente, antes si éramos de grandes lujos, pero, cosa curiosa, poco a poco fuimos cambiado, si nos permitimos lujos, pero no somos ostentosos, participamos en todas las actividades de la iglesia, creo que, si somos sanos porque no hay gritos ni sombrerazos, no hay dramas innecesarios, somos abiertos, afectuosos, cálidos. - en ese momento el visitante empezó a llorar. No era una explosión emocional de tristeza, al contrario. Era de alegría contenida. - y cual parece ser el problema entonces? - a pesar de todo lo que le dije he cometido un grave error como padre, creo que no fui lo suficientemente rígido y eso deviene en que no creo que mis hijos estén preparados para el infierno que puede ser la vida a veces. Sobre todo, en este maldito mundo lleno de envidia, de competencia, de juego social en el que te sonríen de manera genuina mientras te clavan el cuchillo, siento que no van a poder soportar una separación amorosa, un divorcio, una acusación de un falso delito, ya ve que ahora todo es acoso, todo es violencia familiar, y sobre todos mis hijos varones, no creo puedan saber sobrellevar eso con la templanza, la solidez necesaria. Creo que necesitan un poco de dolor, un poco de sufrimiento en sus vidas para formarse. Toda su vida ha sido amor y cariño, y eso no basta para enfrentar la vida. Tienes que tener en tu formación dolor, decepción, traiciones, para aprender a manejar el dolor, creo es el momento exacto para que sufran. - si lo ves así, entonces no puedo convencerte de nada parece. Me identifico con tu filosofía, y si te voy a dar el servicio. Pero el secreto de este negocio es este: tu pides una solución que salve tu alma, que no se vea comprometida. Pero yo decido el cómo y no vas a saber ni cómo ni cuándo pero el objetivo se cumplirá: tu familia saldrá fortalecida y tu quedaras como un héroe - que más necesita? Pregunto el visitante. - nada. Voy a estudiar el caso, a estudiar a tu familia, no te vas a dar cuenta de nada. Una vez que sales no hay vuelta atrás ¿estas consciente de ello? - si. - dijo el visitante – cuanto va a costar el servicio? - aquí todo es simbólico, va a ser la cantidad actual de lo equivalente a tu primer sueldo que ganaste. El visitante se retiró. Como a los seis meses, iniciando diciembre vino la solución. Los ataúdes eran de madera, los dos del mismo color, la viuda estaba desconsolada, no podía creer que su castillo rosa se viniera abajo. Su esposo y su hijo habían sido secuestrados y torturados durante siete días. A pesar del pago del rescate no fueron liberados, solo encontraron los cadáveres de su esposo y su hijo menor con huellas de todo tipo de tortura. Nadie se dio cuenta que ese mismo día murió un compañero de generación de la viuda. Tenía problemas económicos fuertes. Estaba al punto de la quiebra, en el periódico solo aparecía la nota: “arquitecto es golpeado por un tráiler y muere, deja viuda y dos hijos varones pequeños”. A veces forma mejor un padre ausente e idealizado que uno presente e imperfecto. Sus almas irían al cielo, no se verían comprometidas.