22 oct 2014

momentos

Es una exageracion lo de las enfermedades mentales, si existen, pero precisamente por eso es ofensivo para quien realmente sufre de un trastorno mental el pretender que situaciones de crisis por las que pasan todos los seres humanos sean consideradas como trastornos mentales, el déficit de atención, el negativismo desafiante, la pasividad extrema son parte de las conductas normales de la adolescencia en la búsqueda de la identidad, quien sufre de una enfermedad mental, sea en persona o como familiar, comprobada, como asperger, autismo, retardo mental, sabe lo que es vivir en carne propia lo que es una verdadera enfermedad mental, sentir que va progresando y regresar una y otra vez al punto de inicio es frustrante, te cala como persona, te desestabiliza, el dolor de ver el sufrimiento de los familiares directos padecer una enfermedad mental en la que no reconoce, que no recuerda, que parece mejorar con medicinas pero que estas son relativas y parciales, no se compara con lo que todos pasamos como adolescentes, como adultos, en forma de crisis, cuando se pierde un empleo, cuando se rompe una relación, cuando no se logra una meta, cuando no se logran obtener los satisfactores económicos que denotan prestigio, status, el ser humano necesita replantear su identidad y su forma de enfrentar la vida y sus vicisitudes, las crisis, bien afrontadas, pueden servir para crecer como ser humano en todos los sentidos, es cierto, en muchos casos se necesita ayuda profesional que acompañe en estos momentos, que sea mas objetivo que aquel que esta enfrentando esa etapa, que tenga ciertos conocimientos, sobre todo de vida, la vida son momentos, el error es calificar a una persona de mala por pasar por malos momentos, o juzgar su vida solo por unos momentos.